Gracias a una cordial invitación de mi amigo Roberto Omar Machado,  director de Machdeportes,  me permito presentar “Juego Limpio”, columna periodística en la que expondré a título personal opiniones referentes al mundo del deporte. Estas publicaciones serán periódicas y acordes con la actualidad deportiva.

El vértigo informativo es tan agobiante que uno ni bien está asimilando un acontecimiento, ya tiene que atender otro de igual o mayor impacto. Como en la vida, el deporte nos ofrece una variedad temática que abarcan: alegrías y tristezas; éxitos y fracasos; virtudes y defectos.

Sería deseable que prevaleciera lo bueno. Pero no. En estos tiempos, los escándalos se imponen en titulares de primera plana: corruptelas de los FIFAGATE; fallos arbitrales polémicos; sospechas de “compromisos” que perpetúan en el poder –mediante el voto– a determinados dirigentes; doping, etc.

¡Juego Limpio, por favor! exhortan a los futbolistas los “dueños del balón” –entiéndase FIFA–. Predicar y no practicar es una de las peores formas de corrupción. Una linda frase, pero vacía para un sector de la dirigencia deportiva internacional.

En el Ecuador, hay también casos que avergüenzan: un  exgerente de una asociación de fútbol profesional separado de su cargo por defraudar la confianza que durante muchos años le depositaron. Dirigencia tolerante al sistemático incumplimiento de ciertos clubes que no pagan a tiempo a sus jugadores. Adulteraciones de edad. Suplantación de identidad de juveniles. Coyoterismo, descubierto y juzgado por tribunales penales del país.

Quienes amamos el deporte y el fútbol en particular,  no perdemos la esperanza que se retome la senda de la honestidad y la transparencia deportiva. Que los corruptores y corrompidos sean descubiertos y sancionados ejemplarmente para que no vuelvan  nunca más. Que renazca la limpieza y que los resultados deportivos sean consecuencia exclusivamente del mérito y no del engaño.

¡Juego Limpio! que no solo sea una expresión o un anhelo en el fútbol;  sino que sea una práctica diaria,  un comportamiento, una costumbre, una luz de transparencia, de honestidad y de respeto permanente entre todos quienes estamos inmersos en el mundo deportivo. Así sea.

Hacer Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.