La disputa de los octavos de final de las Copa Sudamericana, para muchos, marca el verdadero arranque de la competencia. En realidad la Conmebol ha devaluado este torneo priorizando la cantidad a la calidad. Esto se ve reflejado en el escaso interés de los aficionados en  algunos cotejos de las fases preliminares.

En esta etapa, aparecen ya nombres de clubes que atesoran trayectorias y títulos que los han llevado a ser considerados potencias sudamericanas.

Argentina, acredita cuatro representantes. Lanús uno de los “chicos”, que sigue creciendo en base a una planificación seria. El viejo Huracán, que busca reverdecer momentos de gloria como en  el 73, que de la mano de Menotti fue campeón de su país, con un equipazo. Independiente, “Rey de Copas”, y  River Plate que este año incrementó la vitrina de trofeos, ganado la Sudamericana, la Libertadores, La Recopa y la Suruga Bank en Japón. De la mano de Marcelo Gallardo ha ganado todo.

Brasil también tiene cuatro equipos, los noveles Brasilia FC, Chapecoense,  Sport Recife y Paranaense con alguna trayectoria internacional que no dice mucho de lo que suele aportar el balompié brasileño.

Paraguay muestra una saludable recuperación a nivel de clubes y logra clasificar a tres equipos: Olimpia, decano del futbol “guaraní”; Libertad, el de mayor crecimiento en la última década, y  Sportivo Luqueño, revelación en este torneo.

Colombia está representado por Deportes Tolima, sorpresa para propios y extraño al dejar en el camino al Junior de Barranquilla, y el Santa Fe de Bogotá, que anuncio de lo que es capaz  en el primer semestre con una gran actuación en la Copa Libertadores.

El aguerrido fútbol uruguayo apenas pudo clasificar a un representante, Defensor Sporting, equipo modelo de lo que significa un trabajo planificado e importante en las divisiones menores, dejando atrás a los tradicionales “poderosos” Nacional y Peñarol.

Dentro de los 16 mejores de esta parte del continente, Ecuador ha clasificado a Emelec y LDU. El “Bombillo” clasificó a esta instancia de manera agónica, por la vía de los penales, pero estoy seguro que si recupera su nivel futbolístico, será un duro hueso de roer para los colombianos de Santa Fe.

Los “albos” llegan a esta instancia más cómodos, pero lo que se viene es muy complicado aunque no  imposible, River  Plate. La ventaja es que cerrará la serie en su “fortín”, la Casa Blanca, contando con la ventaja de la altura que a los clubes argentinos los condiciona y los atemoriza.

¿Será que nuestros representantes llegan a “meterse” entre los 8 mejores?  Es fútbol y cualquier cosa puede pasar. ¡Suerte!

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