Un fin de semana diferente, lleno de contrastes y sentimientos encontrados el que vivió nuestro fútbol  el fin de semana.

Por un lado, la alegría enorme por el llenazo que registro el viejo y cada vez menos funcional estadio Olímpico Atahualpa para albergar el partido que más veces se ha disputado, El Nacional vs. Barcelona (233 encuentros).  La expectativa se justificó,  un gran espectáculo, ganó y goleó la visita. Merecida victoria del cuadro canario con un goleador de raza, Ismael Blanco. La jugosa taquilla, arriba de los $280 mil, se quedó con los criollos, pero más allá de esto hay que resaltar la actitud y comportamiento de las dos hinchadas: alentaron a sus equipos, vibraron durante los 90 minutos y disfrutaron la fiesta como debe ser, sin violencia.

La otra cara de la medalla se vivió desde el viernes cuando en un acto desesperado, los jugadores de Deportivo Quito buscaron la solidaridad de sus colegas  de Universidad Católica y Liga de Loja para paralizar la fecha y evitar la sanción y suspensión de los derechos deportivos que se dio horas más tarde en el seno de la FEF.

Cuesta aceptar y peor asimilar este momento que hoy tiene colores azul-grana y que mañana se puede vestir de cualquier  color. Uno de los fundadores de AFNA , protagonista en la historia de los torneos nacionales, el equipo de la Plaza del Teatro,  que ostenta cinco títulos nacionales, ese mismo equipo agobiado por las deudas no pudo disputar el compromiso  ante Emelec.

Increíble, nunca me imaginé que esto llegaría a pasar en nuestro fútbol. ¡Qué rabia, qué dolor, qué impotencia! Hay muchos responsables, hay varios culpables. La hinchada exige transparencia, espera explicaciones y  cuentas claras. La historia se encargará de ubicar a cada uno en su andarivel. Que nadie se baje de la camioneta.

En este contexto y casi a la misma hora, un grupo de asociaciones provinciales se auto-convocaron en Riobamba para establecer estrategias que conduzcan y permitan en enero del próximo año  la reelección del actual Directorio de la FEF que encabeza el ingeniero Luis Chiriboga, que obviamente participo de dicha reunión.

Este es otro despropósito, un total absurdo de nuestra dirigencia. En momentos en que el análisis serio, la reflexión sobre los verdaderos problemas económicos y organizativos que vive nuestro fútbol debe ser objeto de debate para encontrar soluciones que permita fortalecer a los clubes y al torneo doméstico, se prioriza temas como la reelección que al fin y al cabo como están las estructuras, no debería  inquietar  a nadie, ya que al parecer la continuidad es una realidad. Parafraseando a Gabriel García Marquez es crónica de una reelección anunciada.

La dirigencia, a cambio de alentar la campaña  proselitista debería reflexionar como afrontar la quiebra que amenaza, incluso con paralizar el torneo. Esto sí amerita y justifica una reunión urgente. Por favor señores dirigentes,  ya dejémonos de vainas…

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